La edad de los gatos para reproducirse
comienza a entre los 8 y 12 meses y termina cerca de los 7 años, mientras que
en las gatas se inicia entre los 7 y 9 meses y acaba cerca de los 8 años.
La época del año de mayor actividad reproductiva para los
felinos es la primavera, pero pueden hacerlo en cualquier época del año. Los períodos de
celo varían de una raza a otra y dependen también de las condiciones
ambientales y físicas del animal, por ejemplo un gato siamés puede llegar a
tener hasta cuatro períodos de celo durante el año, mientras que otras razas
tienen normalmente dos celos anuales.
Es importante que una gata no se aparee antes de alcanzar
los diez meses de edad porque aún no tendría la madurez suficiente.
Gatas domésticas y gatas de granja
Las gatas domésticas que viven en un piso o en una
casa pueden reproducirse en cualquier época del año, sin embargo las gatas que
viven en granjas o en situación de semi libertad, siguen unas pautas más
habituales de reproducción (como les ocurre a los gatos silvestres). Por tanto,
las gatas de granja tienen una camada a principios de primavera y otra a
mediados de verano.
El período de celo
En el período de celo se distinguen tres
fases:
El precelo. Durante esta fase la gata experimenta cambios en
sus órganos reproductores, los cuales se muestran preparados para el
apareamiento, fertilización y embarazo. Se muestra inquieta, afectuosa
cuando se le acaricia y presenta un ligero cambio en su vulva.
El celo. Comienza aproximadamente cinco días después de que
empiece el precelo. En este período la gata se muestra receptiva, lista y
deseosa de que se produzca el apareamiento. En esta etapa si no se aparea
llora, gime, se contorsiona y se frota contra el suelo. Intenta salir de casa
en busca del macho. En el momento más intenso del celo, la gata emite gritos
intensos y sus contorsiones se hacen más violentas. Si se le acaricia el lomo
la gata adoptará la postura para aparearse.
Cuando no se produce el apareamiento. En esta fase la
gata se relaja y su sistema reproductor también, quedando en reposo.
El gato
En el caso del macho, éste se puede aparear en
cualquier momento del año siempre y cuando haya alcanzado su madurez
sexual. El gato no sigue unos ciclos de celo como les ocurre a las hembras.
Atracción
El gato se siente atraído por la gata por su peculiar
olor, por las llamadas que emite. El olor y las llamadas de la gata en celo
pueden ser reconocidos por un macho a varios kilómetros de distancia. El gato
irá en busca de la gata y en su encuentro la gata adoptará posturas que
alimentarán la excitación del macho y querrá aparearse lo más rápido posible.
Cuando el apareamiento es preparado por el hombre, se
prepara a ambos animales para el momento. Separándolos en habitaciones
divididas por rejillas durante varios días hasta el momento de apareamiento. De
esta forma se acostumbran el uno al otro.
El apareamiento
En el momento de apareamiento el gato macho sabe
que la hembra está lista cuando ésta adopta una característica postura, torcida
hacia atrás con las patas delanteras dobladas y la cola girada hacia un lado.
Para producirse el apareamiento, el gato cubre a la gata produciéndose la
cópula y se acaba cuando la gata gruñe al macho, que será cuando se separen.
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